La diputada del Grupo Popular por Albacete Irene Moreno defendió una iniciativa de su Grupo relativa a la candidatura “Tamboradas, ritos y toques de tambor” en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, que fue aprobada por unanimidad en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados.
En su intervención, Irene Moreno destacó “la importancia que tiene la Tamborada de Hellín y su Semana Santa como la manifestación cultural más importante de nuestra ciudad, la que nos define y la que nos une” y que “la candidatura de las tamboradas, ritos y toques de tambor como patrimonio inmaterial cultural de la UNESCO lleva consigo un largo trabajo desarrollado, fruto del consenso político que derivó en que dicha candidatura fuese aprobada por el Consejo de Patrimonio Histórico en el año 2010 y posteriormente presentada ante la Secretaría de la Convención de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO”.
Esta candidatura, explicó, se impulsó desde la ciudad de Hellín, cuya tamborada es la más numerosa de España y también la más numerosa del mundo, donde “hasta veinte mil tambores pueden llegar a coincidir redoblando al unísono cada año durante la Semana Santa por las calles de la ciudad”.
A la candidatura se sumaron finalmente otros pueblos de España con una tradición similar, incorporándose las localidades de Agramón y Tobarra (Castilla La Mancha); Baena (Andalucía); Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén (Aragón); Alzira y L’Alcora (ComunitatValenciana) y Moratalla y Mula (Murcia).
Dentro de estas diecisiete localidades, explicó, “las Tamboradas de Hellín poseen un enorme valor cultural que las hace singulares a las del resto de España”, y han sido declaradas, junto con su Semana Santa, de interés turístico regional, nacional e internacional.
Por ello, la diputada popular invitó a los componentes de la Comisión de Cultura a que acudan a la localidad de Hellín durante la Semana Santa y las conozcan por su valor cultural, como tradición que se remota al siglo XVIII y su relevancia cultural y patrimonial.